jueves, 4 de septiembre de 2014

¿CUANDO UNA RELACION TIENE FUTURO?

Se requiere mucho más que dos personas conviviendo para formar una pareja. Muchas personas están en relaciones de pareja que se ha vuelto inexistentes. Las parejas inexistentes pueden clasificarse en:

         Los hermanitos:Generalmente se llevan bien pero no hay sexo/deseo/interés sexual entre ellos.
   Los peor es nada: Están unidos por cosas que no son el amor, generalmente hijos, comodidad económica, deudas, el qué dirán, el deseo de no ser divorciados, el miedo a la soledad, etc.
o    Los “por los hijos”son los que están unidos por la excusa de los hijos, aunque los hijos tengan 40 años, vivan en otro país y los visiten una vez al año.
o    Los “ni con vos ni sin vos”: Estas son parejas cuyas relaciones dejan mucho que desear, están plagadas de problemas y quejas, pero no logran dejarse. Las razones más comunes que los mantienen juntos son la esperanza de que a otra persona va a cambiar, el tener un sexo especialmente bueno (acompañado con la fantasía que no voy a poder tener ese mismo placer con nadie más) y el miedo a perder (el tiempo, esfuerzo, dinero, etc. Invertido hasta ahora en la relación)

Los socios: Intercambian bienes de distinta clase. Dinero por sexo, sexo por compañia, compañía por afecto, etc. Es un intercambio comercial, pero como lo intercambiado es generalmente intangible, mantener el balance entre el dar y el recibir es prácticamente imposible y por tanto los “socios” tienden a sentirse insatisfechos con el intercambio.

En cambio, un par de personas que sí son pareja:
o    Son un nosotros: construyen una relación, y la relación se convierte en éste  “algo” intangible que existe entre nosotros, de manera que al sumarnos vos y yo, da un nosotros (1+1=3).
o    Tienen un proyecto común: que es siempre la relación misma y su bienestar. Entonces no  se hace lo que vos o yo queremos como individuos, sino lo que más le beneficia a la relación.
o    Están comprometidos: están profundamente convencidos que esta relación es lo mejor para ellos y por lo tanto hacen lo que es mejor para el bienestar de la misma, aunque no sea lo que los beneficia como individuos, ni lo que más les gusta o resulta familiar.
La gente puede vivir muchos años juntos, incluso mantener una cierta armonía  sin ser una pareja. Sin embargo, cuando no somos una pareja, la relación no tiene futuro. Eventualmente, se convierte más en una carga que en una fuente de bienestar para todos los involucrados.
En caso de no tener futuro,  ¿que hacer? Pues depende. A veces la distancia entre los miembros de la relación es tan grande que ya no hay mucho que hacer. En otras ocasiones, la relación no va por buen camino pero todavía se puede enmendar el camino. Muchos lo intentan solos. Si no logran conseguir solucionarlo solos, la recomendación es buscar ayuda psicológica profesional.

MITOS SOBRE LA SEXUALIDAD MASCULINA DESEO Y ORGASMO

La sexualidad masculina está plagada de mitos. Especialmente en lo referente a la cantidad y frecuencia de deseo que tienen.

Algunos de los más comunes sobre son:
El orgasmo y La eyaculacion son un mismo proceso: La mayoría de los hombres experimenta su primer orgasmo mediante la masturbación. Los hombres, en promedio, aprenden a masturbarse más tarde que las mujeres y por tanto, muchos experimentan su primer orgasmo a una edad donde ya hay producción de semen y esto sostiene el mito que cada vez que hay un orgasmo, líquido sale del pene (hay eyaculación).
Sin embargo, el orgasmo y la eyaculación,  procesos independientes, que generalmente suceden juntos pero que pueden ocurrir por separado o desligados. Esto implica que, igual que las mujeres, la capacidad orgásmica del hombre es ilimitada, pero se ve limitada por la eyaculación y los procesos que siguen a la eyaculación (pérdida de la erección y período refractario, es decir, el tiempo entre que tengo una eyaculación  y que puedo lograr una erección nuevamente). Un hombre puede, sin embargo, aprender a separar conscientemente estos procesos para poder tener múltiples orgasmos antes de eyacular. Es un entrenamiento que toma tiempo y práctica pero que se puede lograr con control mental  y de la respiración.
Los hombres tienen más deseo sexual  que las mujeres: El deseo sexual se ve influenciado por varios factores.
o    Factores genéticos: la cantidad de deseo sexual que tenemos naturalmente es heredada.
o    Factores culturales: la sociedad promueve la vivencia exacerbada de la sexualidad y del deseo sexual en los hombres y reprime duramente el de las mujeres.
o     Factores personales: dependiendo de las vivencias y creencias que tengamos acerca de nosotros como seres sexuales, viviremos nuestra sexual con más o menos libertad para dejarnos sentir, expresar y administrar de manera saludable y responsable nuestro deseo sexual