Se requiere mucho más que dos personas conviviendo
para formar una pareja. Muchas personas están en relaciones de pareja que se ha
vuelto inexistentes. Las parejas inexistentes pueden clasificarse en:
Los hermanitos:Generalmente se llevan bien pero
no hay sexo/deseo/interés sexual entre ellos.
Los peor es nada: Están unidos por cosas que
no son el amor, generalmente hijos, comodidad económica, deudas, el qué dirán,
el deseo de no ser divorciados, el miedo a la soledad, etc.
o
Los “por los hijos”: son los que están unidos por la
excusa de los hijos, aunque los hijos tengan 40 años, vivan en otro país y los
visiten una vez al año.
o
Los “ni con vos ni sin vos”: Estas son parejas cuyas
relaciones dejan mucho que desear, están plagadas de problemas y quejas, pero
no logran dejarse. Las razones más comunes que los mantienen juntos son la
esperanza de que a otra persona va a cambiar, el tener un sexo especialmente bueno
(acompañado con la fantasía que no voy a poder tener ese mismo placer con nadie
más) y el miedo a perder (el tiempo, esfuerzo, dinero, etc. Invertido hasta
ahora en la relación)
Los
socios: Intercambian bienes de distinta clase. Dinero por sexo, sexo por
compañia, compañía por afecto, etc. Es un intercambio comercial, pero como lo
intercambiado es generalmente intangible, mantener el balance entre el dar y el
recibir es prácticamente imposible y por tanto los “socios” tienden a sentirse
insatisfechos con el intercambio.
En cambio, un par de personas que sí son pareja:
o
Son un nosotros: construyen una relación, y
la relación se convierte en éste “algo” intangible que existe entre
nosotros, de manera que al sumarnos vos y yo, da un nosotros (1+1=3).
o
Tienen un proyecto común: que es siempre la relación misma
y su bienestar. Entonces no se hace lo que vos o yo queremos como
individuos, sino lo que más le beneficia a la relación.
o
Están comprometidos: están profundamente
convencidos que esta relación es lo mejor para ellos y por lo tanto hacen lo
que es mejor para el bienestar de la misma, aunque no sea lo que los beneficia
como individuos, ni lo que más les gusta o resulta familiar.
La gente puede vivir muchos años juntos, incluso
mantener una cierta armonía sin ser una pareja. Sin embargo, cuando no
somos una pareja, la relación no tiene futuro. Eventualmente, se convierte más
en una carga que en una fuente de bienestar para todos los involucrados.
En caso de no tener futuro, ¿que hacer? Pues
depende. A veces la distancia entre los miembros de la relación es tan grande
que ya no hay mucho que hacer. En otras ocasiones, la relación no va por buen
camino pero todavía se puede enmendar el camino. Muchos lo intentan solos. Si
no logran conseguir solucionarlo solos, la recomendación es buscar ayuda
psicológica profesional.